Saturday, January 31, 2015

La falta de memoria histórica de los alemanes - Edmundo Fayanas Escuer

La falta de memoria histórica de los alemanes - Edmundo Fayanas Escuer - Diario digital Nueva Tribuna



La falta de memoria histórica de los alemanes

Edmundo Fayanas Escuer Profesor y licenciado en Historia
nuevatribuna.es | 14 Julio 2012 - 12:47 h.

Alemania ha sido en el último siglo el país que más se ha negado a pagar sus deudas. Estas no han sido consecuencia de las finanzas, sino como consecuencia de las dos guerras mundiales ocasionadas por ellos mismo, debido a haber invadido, destruido, saqueado y matado. Veamos.
Tras perder la Iª Guerra Mundial, por el Tratado de Versalles de 1919 fue condenada a pagar reparaciones de guerra por la cantidad de 226.000 millones de marcos de oro. Con la finalidad de que no consiguiera una rápida recuperación económica y volviera a ser un peligro para Europa.
Entre 1924-1929, la república alemana de Weimar recibió préstamos de Estados Unidos por valor de más de un billón de dólares, con la finalidad de sostenerlo y para que pudieran pagar las indemnizaciones impuestas en el Tratado de Versalles.
Debido al crack de 1929 y como Alemania no pagaba sus deudas, se aprobó el Plan Young en el año 1930, reduciéndosela a 112.000 millones de marcos de oro. Posteriormente por medio de la Moratoria Hoove y las Negociaciones de Lausana tanto Francia como el Reino Unido renunciaron a las indemnizaciones que Alemania debía pagarles.
Todo esto significó que la deuda alemana fue cancelada en un 98%. Ese 2% de la deuda que quedaba, nunca fue pagada por Alemania, porque al llegar al poder Hitler, una de sus primeras medidas fue suspender unilateralmente el pago de dicha deuda.
Como consecuencia de la IIª Guerra Mundial, nuevamente Alemania es condenada a pagar grandes indemnizaciones económicas por la guerra que ella inicio. Estas deuda nunca han sido pagada por Alemania y así mediante el Tratado de Londres de 1953, se congeló dicha deuda a los alemanes.
Es curioso ver el caso de Alemania con Grecia y nos daremos perfectamente cuenta lo que hace Alemania con Grecia actualmente y su escandalosa falta de memoria histórica e incluso de ética.
Grecia fue sancionada a dar compensaciones de guerra a Alemania desde el año 1881, por sus conflictos anteriores. Estas compensaciones nunca han sido perdonadas por los alemanes. En el año 1964 con la presión alemana consiguió que los partidos mayoritarios PASOK (socialistas) y Nueva Democracia (conservadores), reconocieron estas deudas, que deben ser pagados con altísimos intereses.
Alemania tiene una deuda histórica con Grecia y nunca la ha pagado. Hitler tomó Grecia en el año 1941 y le impone la concesión de un préstamo al país heleno por la cantidad de 3.500 millones de dólares. Como consecuencia de la ocupación militar alemana y la guerra que hay se produjeron grandes destrozos en el país.
Acabada la II Guerra Mundial Alemania recompensó a Polonia en el año 1956 y a Yugoslavia en 1971 con 20.000 millones de dólares.
Grecia ha pedido nueve veces a Alemania el pago del préstamo impuesto por Hitler al país y las indemnizaciones por la destrucción nazí del país heleno. Alemania nunca ha respondido a tal petición.
Si se actualizara esta deuda desde 1944 a 2010, aplicando el interés medio de los bonos norteamericanos, se debería pagar a Grecia la cantidad de 163.800 millones de dólares, a ello debería sumar el coste de las reparaciones de guerra que se calculan en 332.000 millones, así que la cantidad estimada que Alemania debería pagar a Grecia es de 495.800 millones de dólares, cantidad suficiente para que Grecia saldará todas sus deudas actuales y evitar el gran sufrimiento que le están provocando los alemanes y la Unión Europea.
Jacques Depla, economista francés y asesor del ex presidente francés Nicolás Sarkozy, calculó en el año 2011, que la deuda alemana con Grecia ascendería a 575.000 millones de dólares
Cuando en 1990, se produce la unificación de Alemania, esta es debida a la generosidad de toda Europa, incluida Rusia, hacia los alemanes. A estas alturas parece claro que los alemanes nunca han valorado la generosidad de los europeos con ellos. La unificación alemana implicaba la obligación de retomar las indemnizaciones que habían sido congeladas. Sin embargo, la Alemania del canciller Kohl se niega a pagar dichas indemnizaciones.
Es importante que todos incluido los alemanes leyeran su historia y de esta lectura tuvieran conocimiento de esto que cuento y además analizarán otros dos aspectos de ella. Veamos.
El primer aspecto es que Alemania fue el país más favorecido por el plan Marshall en una muestra de gran generosidad y que permitió una rápida recuperación económica del país. Esto nunca debería ser olvidado por los alemanes.
El segundo aspecto a recordar es que muchas de sus multinacionales como Krupp, Thyssen, Volkswagen, Bayer, Afga… Se aprovecharon durante los años del nazismo del trabajo de cientos de miles de prisioneros políticos, judíos, gitanos que los nazis les proporcionaban gratis en una situación de esclavitud gracias a los trabajos forzados de los más de 78 campos de concentración nazis, que han permitido el gran desarrollo económico y el gran poder actual de dichas multinacionales.
Imagino que algunas personas que lean este artículo les removerán las vísceras, pero esto es historia real y Alemania debería aprender de ella y a sacar las consecuencias debidas, siendo menos cerrada y doctrinal en estos momentos de mayor esplendor económico. Europa necesita una Alemania donde el demos europea sea el predominante. Necesitamos la generosidad alemana al igual que los europeos la tuvieron con ellos.

OPINIÓN
Edmundo Fayanas Escuer 

Thursday, January 29, 2015

Tortura y asesinato de un dirigente de la FAI: Jesús de Diego Delgado

Represión franquista en Valladolid





Tortura y asesinato de un dirigente de la FAI: Jesús de Diego Delgado

Jesús era un anarquista muy conocido y apreciado en Valladolid y los pueblos de su entorno. A causa de las torturas a que fue sometido por los sublevados, la gente le recordaba como “el crucificado de Tudela”.
Tarjeta de identificación de Jesús de Diego durante su estancia en Saint Denis.
Jesús de Diego pertenecía a una de las familias de industriales más prósperas de Tudela. Sus padres eran Bernardo de Diego Franco y María Delgado Llopis, ambos naturales de Tudela de Duero.
La familia tuvo nueve hijos: Ovidio, Acindina, Vicenta, Cristina, Jesús, Juliana, María, Eustaquio y Herminia.
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María Delgado y sus hijos.
Jesús de Diego, el quinto hijo, nació en Tudela de Duero a las cinco de la tarde del día 15 de octubre de 1900 en la casa de sus padres, en la calle 29 de Diciembre.
Sus padres eran panaderos y llegarían a tener dos hornos. Además, la familia consiguió la concesión de la gasolinera del pueblo, situada en la Avenida de Valladolid, ante la casa adonde se trasladarían. Precisamente esta concesión, ambicionada por otra familia del pueblo, sería motivo de enemistades que culminarían en acusaciones, calumnias y denuncias contra Jesús de Diego.
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Gasolinera en la avenida Valladolid.
En la familia hubo dos víctimas de los sublevados franquistas, Jesús y su cuñado Domingo Alcázar, que estaba casado con su hermana María de Diego. Los demás hermanos no tuvieron problemas, aunque la familia sufrió acoso y expolio económico. El hermano mayor, Ovidio, también tenía ideas anarquistas, pero vivía en Francia y la represión no pudo alcanzarle.
Durante su primera juventud, Jesús sufrió un accidente que le dejaría cojo de la pierna derecha (en Valladolid se le conocía como “El Cojo de Tudela"). Acerca de este accidente hay dos versiones; una dice que se produjo trabajando en el ferrocarril, cuando se le clavó un hierro en el pie, pero también nos han contado que sufrió un accidente de moto. La consecuencia del accidente es que perdió la movilidad de la pierna, que le quedó rígida.
En 1929 se marchó a Francia, donde ya residía su hermano Ovidio. Allí, en el barrio de Saint-Denis, había una gran colonia de españoles, la mayoría de los cuales se había exiliado en la época de la dictadura de Primo de Rivera, huyendo de la Guerra de Marruecos. Se trataba de personas concienciadas políticamente, y muchas de ellas regresarían a España en 1931 con el triunfo de la República. Eso es lo que hizo Jesús, que llegó a Madrid a finales de noviembre de 1931.
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Jesús de Diego a la derecha con su hermano Ovidio en París.
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Luz Araujo.
En la capital tomó contacto con la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), donde conoció a Luz Araujo, perteneciente a una familia asturiana que se había establecido en Carabanchel, en cuyo ayuntamiento se casarían unos meses más tarde civilmente.
Pero en aquel momento, Jesús intentó encontrar trabajo en Madrid sin conseguirlo, por lo que a mediados de diciembre decidió regresar a Tudela, donde estaba su familia, que necesitaba su ayuda para llevar los negocios, ya que el padre había fallecido. Nada más llegar a Tudela, Jesús de Diego fue detenido por la Guardia Civil a causa de unas octavillas que había traído de Madrid y que criticaban la actuación del gobierno en los sucesos de Casas Viejas; se le formó expediente, pero no fue condenado. Esta detención temprana ya indica el seguimiento de las fuerzas del orden sobre su persona. Había repartido los panfletos en la Casa del Pueblo y también en la plaza principal, entre los jornaleros que buscaban trabajo, según declaró ante la autoridad.
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Denuncia de la Guardia Civil.
Jesús era anarquista, primero de la CNT y más delante de la FAI (Federación Anarquista Ibérica), aunque mantenía relaciones estrechas con los vecinos de todas las ideologías izquierdistas: con los del Partido Socialista, con los de UGT y con los comunista; hablaba con todos y con todos colaboraba. De hecho, compartía espacio con ellos, pues tenía un despacho en la Casa del Pueblo; y entre sus amistades personales se encontraba el alcalde socialista de la ciudad de Valladolid, Antonio García de Quintana, quien se acercaba a Tudela junto con su familia para visitar a Jesús, según recuerda su hija Teresa, presente en esas excursiones.
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Cartel de la FAI.
Enseguida se hizo popular y conocido en la ciudad y también en las localidades cercanas a Tudela de Duero, que recorría vendiendo su famoso pan integral, una novedad en aquellos tiempos. Porque Jesús de Diego, como buen libertario, era naturista y practicante de la medicina natural, de los baños de sol y de la alimentación sana, conceptos muy innovadores para la época.
En el año 1936 Jesús estaba casado con Luz Araujo y tenían un niño, al que habían puesto el nombre de Helios; además, Luz estaba embarazada por segunda vez. Vivían en la casa familiar de los de Diego y trabajaban en el horno y en el reparto del pan por toda la zona. Jesús iba a Valladolid todas las semanas en el autobús de los Herguedas, con los que había llegado a un arreglo: iba gratis a cambio de hacer de cobrador del autobús y llevaba el pan en un carro de reparto.
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Jesús Vendiendo Pan integral de Tudela.
Cuando se produjo la sublevación, grupos armados llegaron a Tudela, detuvieron a las autoridades municipales y comenzaron a producirse asesinatos, malos tratos y desapariciones de vecinos. Jesús se marchó a Valladolid y fue acogido en casa de una familia amiga, en los alrededores de la calle Pi i Margall (hoy Panaderos). La señora era comadrona y se llamaba Amparo. Su marido también fue detenido. Ambas familias eran amigas y afines políticamente y tenían un trato muy cercano.
Luz se arriesgó a visitar a su marido en su escondite de Valladolid. La tercera vez que lo hizo fue seguida por cuatro falangistas de Tudela. De esta forma llegaron hasta la casa, donde entraron por la fuerza. En el transcurso de la detención, Jesús fue herido, aunque después se dijo que había intentado suicidarse. Este hecho tuvo lugar el día 19 de Agosto de 1936. Los dueños de la casa también fueron detenidos, ya que en esos días se consideraba un delito grave el tener acogido a un fugitivo en casa.
A continuación le condujeron a Tudela, a los calabozos del Ayuntamiento. La captura de Jesús de Diego tuvo carácter de acontecimiento, de tal manera que los captores lo exhibieron en el balcón del Ayuntamiento, donde ya algunos vecinos y vecinas lo insultaron y amenazaron.
Después sufrió un primer interrogatorio acerca de un posible arsenal; como él lo negaba, los asesinos le maltrataron y lo retuvieron en los locales. Por fin, tras una larga sesión de torturas, finalizaron por clavarle un rótulo en la espalda, en el que según los testimonios habían escrito: “gasolina para quemar a los ricos” y hacerlo desfilar por la Calle Mayor hacia la zona del río conocida como Los Castrilleros, en cuya poza declaró que había tirado al agua una pistola. Este trayecto de Jesús de Diego supone y supondrá para siempre el gran baldón y la gran vergüenza de Tudela. Jesús, sangrando profusamente por sus heridas, maniatado, sin camisa y con un cartel clavado con clavos en su espalda, era conducido por la calle Mayor entre golpes, insultos y empujones. Iba seguido por una gran cantidad de gente, entre los que destacaban una veintena de mujeres, algunas de ellas vestidas con el uniforme de la Falange, que lo empujaban y le pegaban. Una de ellas, cuya identidad no queda clara, se le acercó y le llegó a pinchar con una aguja de hacer media; otros le insultaban desde los balcones. La dueña de una carnicería intentó arrojarle una sartén de aceite hirviendo desde el balcón de la calle Mayor.
Este espectáculo indigno de seres civilizados fue contemplado por todo el que quiso verlo, incluyendo a la madre de Jesús, quien pudo ver la agonía de su propio hijo, y a muchos niños, a quienes se les quedó grabado de forma indeleble, y a fecha de hoy, ochenta años después, no pueden evitar las lágrimas al referirlo. Cuentan también cómo los verdugos daban puñetazos en la cabeza a Jesús, exigiéndole que gritara “viva España”; y que él, sin camisa y ensangrentado, murmuraba sin cesar: “ España impía; España asesina”.
Al llegar a la poza donde se suponía que había arrojado unas armas, pidió que lo dejaran tirarse. No sabía nadar y quizá quería morir de una vez; pero sus asesinos no le dieron la opción, y le ataron una cuerda a la cintura antes de tirarlo al agua. El cartel ignominioso quedó flotando en el agua. Las supuestas armas no aparecieron jamás. Jesús tenía una pistola, que entregó cuando fue detenido. De esa pistola no salió ni un solo tiro.
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Lugar del río donde se buscó el supuesto arsenal.
Para justificar este aquelarre sangriento, los vecinos derechistas le acusaban de todo tipo de cosas: de tirar al río la imagen de la Virgen de la Guía, que había desaparecido de su hornacina; de haber facilitado la gasolina para quemar la casa de un vecino del pueblo…que después se aprovechó de esta acusación para arrebatar a la familia la gasolinera; de haber participado en la quema de iglesias en Barcelona… justificaban con mentiras un episodio que pasará a los anales de la locura homicida humana y de la crueldad más espantosa ejercida por una multitud contra un hombre indefenso.
Fue un linchamiento en toda regla.
La causa real es que Jesús de Diego era un hombre de ideas avanzadas y con muchas relaciones importantes. Había viajado; tenía formación; dominaba la lengua francesa; recibía prensa de todas partes y en su casa había cientos de libros y publicaciones (que su familia quemó en los hornos de la panadería: dos carretadas); y la propia Federica Montseny, famosa dirigente anarquista y después Ministra de Sanidad, acudió en tres ocasiones a Tudela, alojándose en casa de los de Diego, visitas de las que existen fotos y un testimonio escrito por la propia Montseny.
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Octubre 1932 Federica Montseny en Tudela de Duero.
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Segunda visita. Señalados Jesús de Diego y Federica Montseny.
Estas eran las razones por las que Jesús era considerado muy peligroso y por las que fue linchado.
Tras la escena del río, Jesús fue conducido de nuevo a los calabozos del Ayuntamiento, donde lo retuvieron una tarde y una noche. En la madrugada siguiente lo sacaron del edificio. Era el 21 de Agosto de 1936.
Hubo testigos presenciales, que contaron que cuando lo subieron a la camioneta estaba ya muerto. En el grupo que lo sacó del ayuntamiento y lo subió a la camioneta estaba una mujer tudelana perteneciente a Falange y temida por llevar encima y utilizar una pistola; un guardia civil del puesto de Tudela y dos o tres hombres más. La camioneta salió del pueblo por el puente sobre el Duero.
Los mismos integrantes del grupo dijeron que habían dejado el cadáver en un pinar de las afueras de Tudela. Su cuñado Luis de la Fuente fue a recoger el cuerpo con un carro de mano. Al final del puente se encontró con un piquete armado que custodiaba una metralleta que se emplazó en el lugar el día 20 o 21. Le preguntaron a dónde iba, y él contestó que a recoger el cadáver de su cuñado, que había sido fusilado. Los del retén le increparon, diciendo que “habría muerto, pero que nadie lo había matado”. Los sublevados no querían asumir sus asesinatos en esos momentos inciertos. Por fin, y después de discutir, Luis pudo llegar hasta el cadáver y se lo llevó al cementerio de Tudela. Lo enterraron allí, cerca de la pared, a la izquierda de la entrada. Su madre le puso una lápida en forma de corazón con la leyenda “A mi Jesús”.
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Tumba de Jesús de Diego. Cementerio de Tudela de Duero.
Muchos años más tarde, el enterrador se atrevió a contar algunos detalles acerca del caso, como que lo enterró sin caja; que iba envuelto en una manta y que “llevaba tal cantidad de hierro en el cuerpo, que pesaba de forma increíble; iba lleno de agujas, alfileres y clavos, de manera que pesaría más todo aquello que el propio cuerpo…”
Su mujer, Luz Araujo, con un niño de dos años y embarazada de siete meses, fue acosada, perseguida, insultada y atacada. Cada vez que caía una capital en manos de los nacionales, los falangistas la sacaban de casa y la obligaban a desfilar brazo en alto. La obligaron a bautizar a su hijo Helios, cambiándole el nombre por el de Ramón. Poco después de estos sucesos nació el segundo hijo de la pareja, un niño póstumo al que pusieron el mismo nombre que su padre. Toda la familia de su marido la protegía y amparaba, y sobre todos ellos, María, su suegra, que quería a Luz como a una hija propia; pero no podían evitar el acoso, los insultos y los ataques a que los golpistas y muchos vecinos de la localidad la sometían.
Ese fue el motivo de su marcha del pueblo, agobiada por la presión que no cesaba y por el recuerdo de lo que aquel pueblo había hecho con su marido. Luz Araujo ha sido una víctima propiciatoria, a la que los verdugos no dejaron en paz jamás; a pesar de salir del pueblo, intentaron destruir su nombre y su honor, malquistándola incluso con las generaciones más jóvenes por medio de habladurías y calumnias que intentaban justificar la saña con la que destruyeron su vida y la de sus dos hijos.
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Helios y Jesús de Diego Araujo.
Poco tiempo después, las “nuevas autoridades” citaron a la madre de Jesús, María Delgado, y la obligaron a firmar unos documentos en los que renunciaba a la concesión de la gasolinera, que pasó a manos de una familia rival, la misma que en su día se la había disputado y que había llegado a acusar a Jesús de facilitar la gasolina con la que alguien intentó quemar la puerta de su casa. Esta grave acusación fue el origen de la agresión sufrida por Jesús cuando fue detenido, así como la base de la condena a muerte de Luciano Montalvillo, un joven tudelano que fue fusilado por estas acusaciones.
Durante los años del franquismo, las autoridades pusieron todas las dificultades que pudieron a los hijos y a la viuda de Jesús de Diego, llegando incluso a negarles documentos necesarios para realizar su vida normal. Esta persecución fue sañuda desde el Ayuntamiento de Tudela, cuyo secretario obstaculizó incluso la boda del menor de los hijos por el procedimiento de no entregarle la documentación; les negaron también los documentos del enterramiento de su padre, y así sucesivamente. Cuando esto ocurrió habían transcurrido más de 25 años del asesinato de Jesús, lo que indica que nadie, para bien o para mal, había olvidado lo sucedido.
Ya en la democracia, Helios de Diego pudo recuperar su auténtico nombre, el que sus padres habían elegido para él y que le fue arrebatado por los poderes fascistas, tal y como habían hecho con su padre, con sus bienes y con su futuro.
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Jesús fotografiado por Alfonso en Madrid.
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Fotografía de boda de Luz y Jesús de Diego.

Wednesday, January 28, 2015

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20 películas y algunas más para entender Serbia

28 enero 2015 Miguel Rodríguez Andreu

Cine en Belgrado (Flickr)
Cine en Belgrado (Flickr)
La sociedad serbia agrupa varias rupturas generacionales y también varios contextos históricos. Desde la generación partisana, la época dorada (zlatno doba), a las víctimas de la transición, entre el mundo rural y la elite urbana, resulta complicado reunir tantas dimensiones en un solo cuadro cinematográfico cuando de lo que se trata es de entender la Serbia actual. Esta es una selección posible, pero hay muchas más.
Skupljači perja (1967). Entre el “antifascismo” y el “no-alineamiento”, no todo en Yugoslavia era bonhomía. El movimiento Ola negra nos lo demuestra a través de integrantes como Dušan Makavejev, Živojin Pavlović o Želimir Žilnik. Las vivencias de un vendedor de plumas de origen gitano demuestra que en Yugoslavia no solo había riqueza multiétnica, sino también barro, grescas y estratos sociales. El entusiasmo yugoslavo también tenía sus reversos. En este caso fue Aleksandar Petrović -gran impulsor del nuevo cine yugoslavo con Dvoje (1961)- el encargado de mostrarlo. Retratista.
Ko to tamo peva? (1980). Un viaje en autobús desde el pueblo a Belgrado sigue siendo un relato común de nuestros días. Dušan Kovačević muestra como paradigma una Serbia rural, de convicciones firmes, pudorosa y efusiva pero, también, cínica y moralista. Una reivindicación del costumbrismo con aroma a aguardiente, cebolleta y carne a la brasa. Por supuesto, con final trágico (la invasión nazi), como es de recibo en la gran tragicomedia balcánica. Desternillante.
Majstori, majstori (1980). “Mira lo que ha hecho la escuela con este hombre”. Pocos directores supieron revelar la crisis de valores yugoslava como Goran Marković. La denuncia de abusos sexuales en una escuela y la fecha de jubilación de una trabajadora destapan las desavenencias internas, la corrupción rampante, la desmotivación de los empleados y las relaciones de dominación dentro de la jerarquía yugoslava. Mlad i zdrav kao ruža (1971)Nacionalna klasa (1979) o Kako sam sistematski uništen od idiota (1983) van mostrando también las fugas ideológicas y morales del sistema. Mordaz.
Jagode u grlu (1985). Suena a melancolía, suena la banda de gitanos con “Sobre la juventud”. La primera generación nacida en la pujante Yugoslavia socialista siente que sus sueños no se han cumplido. Srđan Karanović pone cara a la decepción. El escenario, un splav (restaurante flotante), donde las frustraciones entran en ebullición. Dolorosa.
Kako je propao rokenrol (1989). No solo fue el quinto centenario de la batalla de Kosovo (1389), sino los años de la quiebra más efervescente entre el mundo rural y el mundo urbano, entre el rock and roll, la cultura kitsch y la música turbofolk. Dos energías que todavía están por conciliarse en Serbia. 20 años después, Život i srmt porno bande (2009) siguió reproduciendo estas contradicciones de manera más radical, más violenta… pero eso sí, ya en el bosque. Metafórica.
Tri karte za Holivud (1993). “Este pueblo es enemigo del Estado”. Parodia de la jerarquía burocrática de la época yugoslava. Entre el mundo no alineado, los restos del periodo del Infobiro, la idealización de Occidente y la sombra alargada del legado de Tito. Los dogmatismos no solo llegan a los cuadros más altos. La huella en terreno serbio de la pisada yugoslava. Tragicómica.
Ubistvo sa predumišljajem (1995). Las conexiones entre la Segunda Guerra Mundial (1941-1945) y el fin de Yugoslavia (1992) se reactivan a través de una nieta y su abuela. Las agonías de la sociedad se manifiestan a más niveles. Dnevnik uvreda 1993 (1994) y Tamna je noć (1995) cubren el espectro como tristes documentos de los biorritmos locales ante el anarquismo social, las guerras, la gran inflación del 93, las sanciones y el desconcierto generalizado de comienzo de los 90. Testimonial.
Underground (1995). Cine y catarsis con el inconfundible sello de Emir Kusturica. Firmeza ante la vida, hospitalidad al enemigo, lealtad a los amigos y la rakija entre los dedos. Todo con convicción aunque luego la vida los condene (inat). Banda sonora a cada tropiezo, sin renunciar a la comida encima de la mesa, incluso aunque caigan las bombas. Nervio balcánico. Desbordante.
Dupe od mramora (1995)Las calles son oscuras para la difunta Merlinka: la vanguardia del travestismo en la región y hoy imagen del colectivo LGTBIQ -de nuevo de actualidad a través del éxito comercial Parada (2011)-. En los peores momentos, Želimir Žilnik con Merlinka alumbraron una Serbia desinhibida y gamberra. Una defensa de las complejidades culturales, frente a la colectivización identitaria que imponía el nacionalismo, las guerras de secesión y las sanciones internacionales en los 90. Reivindicativa.
Lepa sela lepo gore (1996)“¿Sabes que somos la nación más antigua? Cuando un alemán, un inglés y un americano comían cerdo con los dedos, nosotros lo hacíamos con tenedor”. Basada en hechos reales. Un grupo de soldados serbios queda encerrado en una cueva rodeado por el enemigo. Una lectura histriónica y caricaturesca de las guerras de secesión, de las relaciones con las otras naciones y de la propia nación serbia. Satírica.
Bure baruta (1997)Carrusel vertiginoso. Un viaje de no retorno, sin negociaciones ni deliberaciones. Una glorificación del carácter local en sus actitudes más extremas. Goran Paskaljević pone el dedo en la llaga en torno a la violencia externa, pero también en torno las constricciones internas. Disecciona la maldad local en todas sus vertientes. Turbadora.
Rane (1998)“¿Abuela, te degollaron o no?”. Crónica de la Serbia subcultural. Exaltación de losdizelaši (chándal, cadenas de oro, talante provincial, turbofolk…). Un cóctel de Volkswagen Golf 2, estética kitsch, tráfico de drogas, revólveres y cementerios. Representación de un tiempo patibulario que se fue dilatando en el tiempo hacia otras formas de violencia como la de los hooligans, los grupos mafiosos o las conexiones criminales con el Estado. A todo gas. Acelerada.
Autobús utilizado en la película 'Ko to tamo peva?'  (Flickr)
Autobús utilizado en la película ‘Ko to tamo peva?’ (Flickr)
Nebeska udica (2000).“¿Sabes cuándo te conviertes en un verdadero campeón? Cuando sales en el momento más difícil y ganas”. Dicen muchos serbios que nunca fueron más humillados que durante los bombardeos de la OTAN (1999) pero, también, que nunca se sintieron más unidos. Baloncesto ante la adversidad. Emotiva.
Profesionalac (2003).  LaYugo-Serbia de los omnipotentes servicios de seguridad, la crisis de la burocracia y la oposición a Slobodan Milošević entran en escena. Pero, más allá de eso, está la importancia del espionaje como fenómeno en la sociedad local. Tal vez Balkanski špijun (1984) sea mejor referencia, pero la intromisión en la vida privada sigue siendo un tema actual. Arquetípica.
Kad porastem biću kengur (2004). “¡Venga Tarzán!, ¿entras o no entras?”. La favorita entre la juventud local, tal vez porque refleje a través del barrio belgradense de Voždovac la propia existencia. Camaradería, un domingo tedioso, cervezas, zapatillas, una casa de apuestas y, todo, frente al televisor. El envés serbio y mucho más modesto de la gran comedia yugoslava ligera y no tan ligera:Sjećaš li se, Dolly Bell? (1981)Maratonci trče počasni krug (1982)Varljivo Leto 68´ (1984) o Tito i ja(1992)Cercana.
Hadersfild (2007). La llegada de Igor desde Inglaterra pone encima de la mesa el significado del triunfo para tres hermanos. A pecho descubierto crítica la falta de autocrítica y empatía social, pero también el letargo al que se entrega una parte de la población. Dečko koji obećava (1981)Oktoberfest(1987)Zaboravljeni (1988) y Mi nismo anđeli (1992) ya habían ido adelantando la crisis de valores e identidad de las generaciones yugo-serbias. “Mi amor era una catedral. Hoy no hay ruina más bella”. Abandonarse, barnizarlo de independencia, resignación o nacionalismo es la opción más cómoda. Y, sin embargo, todos necesitamos a alguien. Penetrante.
Tilva roš (2010). A Nikola Ležaić se le ocurrió después de ver un jackass local, hecho por unos skaters(grupo Kolos) de Bor, grabar una película con sus vidas como argumento y la crisis minera de la ciudad como escenario. Se aleja de Belgrado, del nacionalismo, los clichés étnicos, Yugoslavia o la crisis de identidad. Nuevas perspectivas con la misma voluntad de innovar de la recién estrenadaNeposlušni (2014)Refrescante.
Smrt čoveka na Balkanu (2012)“5000 euros un ataúd, ¿pero de qué vas?”. Un suicidio delante de una cámara abre paso a la grabación del esperpento. El uso interesado de las relaciones personales, el oportunismo y el recurso al codex cultural para obtener favores son una representación grotesca y distorsionada de la realidad, pero también una imagen cabal de las diversas caras que adopta la deshonestidad cuando de lo que se trata es de cuestionar a la propia sociedad serbia. Ácida.
Klip (2012). “Mamá, ¿no sabes qué papelón que otros me tengan que invitar?”. Fotografía de una chica desnortada, huyendo de sí misma y entregada a las pasiones sexuales con su teléfono móvil. Recargada, no deja de identificar el paternalismo autoinculpado de la generación yugoslava frente al desorden de valores de las nuevas generaciones. ¿Cómo resolver los desafíos del presente con las herramientas del pasado? Desesperanzadora.
Krugovi (2013)La historia real de Srđan Aleksić sirve como inspiración para reclamar la humanidad como principio espiritual. Asesinado en Trebinje, a manos de los suyos, Aleksić entregó su vida para salvar la de un amigo musulmán. A partir de ahí, se desencadena toda una suerte de fatalidades. “Cuando tiras una piedra al río se provocan varias ondas”. Depende de quién lance la piedra, depende de a quién le caiga la piedra. A veces el perdón se convierte en la mejor venganza. Moral.
Grandes actores, excelentes historias y un país que ofrece mil prismas. Probablemente el cine yugoslavo y el cine serbio, como el balcánico en general, sean un grato descubrimiento para aquellos cinéfilos que todavía no se hayan acercado a él. Cualquier lista se quedaría corta.