Saturday, February 24, 2018

INFORME DE AMNISTIA INTERNACIONAL, SOBRE ESPAÑA 2018


INFORME DE AMNISTÍA INTERNACIONAL

Reino de España Jefe del Estado: rey Felipe VI de Borbón Jefe del gobierno: Mariano Rajoy Se restringió desproporcionadamente el derecho a la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica de personas que apoyaban la independencia catalana. Decenas de personas fueron procesadas por “enaltecimiento del terrorismo” y “humillación a las víctimas” en redes sociales. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley emplearon fuerza excesiva contra manifestantes que opusieron resistencia pacífica a la operación policial que daba cumplimiento a la orden judicial del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que impedía la celebración del referéndum sobre la independencia de esa comunidad autónoma. España reubicó a un número de solicitantes de asilo menor del que se había comprometido a acoger en el marco del programa de reubicación de la UE, y también reasentó a menos personas refugiadas de las previstas en su compromiso. Continuaron los desalojos forzosos, que afectaron a miles de personas. Las autoridades continuaron cerrando investigaciones sobre crímenes de derecho internacional cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo.

INFORMACIÓN GENERAL 

En agosto se perpetraron dos violentos atentados en Cataluña, con el resultado de 16 personas muertas y varias más heridas. Su autoría fue reivindicada por el grupo armado Estado Islámico. Seis de los presuntos autores murieron a manos de las fuerzas de seguridad, y cuatro hombres más fueron detenidos y procesados por implicación en los atentados y pertenencia al grupo que los llevó a cabo. El 1 de octubre, el gobierno de Cataluña celebró un referéndum sobre la independencia de esta comunidad autónoma del nordeste del país, desafiando varias sentencias del Tribunal Constitucional. El 17 de octubre, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la ley autonómica en la que se basaba el referéndum y confirmó su suspensión cautelar, adoptada el 7 de septiembre a fin de evitar el referéndum. El 27 de octubre, los grupos políticos independentistas del Parlamento autonómico catalán declararon unilateralmente la independencia de Cataluña. El mismo día, el Senado autorizó al gobierno español adoptar medidas en aplicación del artículo 155 de la Constitución de España, que en la práctica suspendían la autonomía de la comunidad. El 21 de diciembre volvieron a celebrarse elecciones autonómicas; el partido que obtuvo el mayor número de votos no era independentista, si bien la mayoría parlamentaria correspondió al conjunto de partidos independentistas.


LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE REUNIÓN 
Algunas autoridades restringieron de manera desproporcionada el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica tras la decisión de suspender cautelarmente la ley del referéndum catalán adoptada por el Tribunal Constitucional el 7 de septiembre. En Madrid y Vitoria (País Vasco), los tribunales prohibieron dos reuniones públicas de apoyo al referéndum. El ayuntamiento de Castelldefels (Cataluña) dictó una prohibición general del uso de los Informe 2017/18 Amnistía Internacional 189 espacios públicos para celebrar reuniones a favor o en contra del referéndum. El 16 de octubre, una jueza de la Audiencia Nacional ordenó prisión provisional para Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, presidentes de sendas organizaciones independentistas catalanas. Fueron detenidos y acusados de sedición, delito definido de manera muy general, en relación con protestas que habían organizado en Barcelona los días 20 y 21 de septiembre para, según la jueza, oponerse a una operación policial legítima. En noviembre, el Tribunal Supremo asumió las actuaciones judiciales contra Jordi Sànchez y Jordi Cuixart y amplió la investigación contra ellos por un posible delito de rebelión. Se procesó a decenas de personas por “enaltecimiento del terrorismo” y “humillación a las víctimas” en las redes sociales. En muchos casos, las autoridades presentaron cargos contra personas que habían expresado opiniones que no constituían incitación a cometer un delito de terrorismo y que se inscribían entre las formas de expresión permisibles con arreglo al derecho internacional de los derechos humanos. Veinte personas fueron declaradas culpables en el curso del año. En marzo se declaró a Cassandra Vera culpable de “humillación a las víctimas de terrorismo” y se le impuso una condena de un año de prisión cuya ejecución se suspendió. Había publicado en Twitter unos chistes sobre el homicidio en 1973 de Carrero Blanco, presidente del gobierno de Franco. En enero, el juez de instrucción sobreseyó la causa por incitación al odio contra Alfonso Lázaro de la Fuente y Raúl García Pérez, titiriteros profesionales que en febrero de 2016 habían estado cinco días en prisión provisional por cargos de “enaltecimiento del terrorismo” e incitación al odio. Los cargos de “enaltecimiento del terrorismo” se habían retirado en 2016. Continuaron imponiéndose a particulares, activistas de derechos humanos y periodistas sanciones administrativas basadas en la Ley de Seguridad Ciudadana y que podían constituir restricciones ilegítimas del derecho a la libertad de expresión, de reunión pacífica y de información. Se impuso una multa de 601 euros a la periodista Mercé Alcocer, de Catalunya Radio, por desobedecer una orden de la policía. Había traspasado una línea policial no señalizada al intentar entrevistar a un testigo cuando estaba cubriendo la información de un caso de corrupción investigado en la Audiencia Nacional. La periodista recurrió la sanción alegando que había retrocedido cuando se lo habían ordenado y que existían grabaciones de cámaras de seguridad que lo demostraban. Las imágenes no fueron admitidas como prueba, y su recurso estaba pendiente al final del año.


TORTURA Y OTROS MALOS TRATOS 

En septiembre, la Audiencia Nacional retiró la solicitud de extradición de Nekane Txapartegi desde Suiza. El plazo de ejecución de una sentencia dictada contra ella en diciembre de 2009 había expirado. En abril, el relator especial de la ONU sobre la tortura había instado a las autoridades suizas a oponerse a la extradición. Nekane Txapartegi afirmaba haber sufrido tortura y otros malos tratos durante los cinco días que había permanecido recluida en régimen de incomunicación en una comisaría de policía de Madrid en 1999. Había sido detenida como sospechosa de delitos de terrorismo y de pertenecer a ETA. Sus denuncias de tortura no se habían investigado exhaustivamente entonces. En mayo, el Tribunal Constitucional admitió un recurso presentado por el gobierno contra una ley del Parlamento vasco relativa al reconocimiento y la reparación de las víctimas de violaciones de derechos humanos en el País Vasco. USO EXCESIVO DE LA FUERZA Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que controlaron las protestas del 1 de octubre en Cataluña emplearon fuerza excesiva contra manifestantes pacíficos que se oponían a una operación policial. La policía disparó cartuchos de 190 Informe 2017/18 Amnistía Internacional fogueo y pelotas de goma, e hirió de gravedad a una persona, que perdió la visión de un ojo.


DERECHOS DE LAS PERSONAS REFUGIADAS Y MIGRANTES 

España incumplió su compromiso de reubicar a 15.888 solicitantes de asilo en aplicación del programa de reubicación de emergencia de la UE; al final del año había reubicado a 1.328, 592 de nacionalidad siria. Tampoco cumplió su compromiso de reasentar a 1.449 personas refugiadas de Oriente Medio y del norte de África; a fecha de 31 de diciembre habían sido reasentadas 1.360, todas de nacionalidad siria excepto una que era palestina. De enero a diciembre se presentaron 25.853 solicitudes de asilo, y al concluir octubre seguían pendientes 34.655. Quienes solicitaban asilo seguían recibiendo con retraso la decisión sobre su solicitud. En muchos casos, el plazo durante el que estas personas tenían derecho a recibir apoyo del gobierno mientras aguardaban la respuesta a su solicitud expiraba mucho antes de que se hubiera tomado la decisión. Según Frontex, la agencia de la UE para la gestión de las fronteras, hasta septiembre hubo 21.663 entradas irregulares por la ruta del Mediterráneo occidental, más del doble que en el mismo periodo de 2016. En octubre, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sostuvo que la devolución inmediata a Marruecos de migrantes subsaharianos que intentaban acceder al territorio español en Melilla en 2014 constituía una expulsión colectiva de ciudadanos extranjeros.

SEGURIDAD Y MEDIDAS ANTITERRORISTAS 

El poder judicial continuó aplicando de manera desproporcionada la legislación antiterrorista. Tres de las siete personas detenidas y acusadas de delitos de terrorismo por su presunta participación en una agresión a dos guardias civiles fuera de servicio y sus parejas en un bar de Alsasua (Navarra) en octubre de 2016 permanecían en prisión preventiva, pendientes de una vista prevista para abril de 2018. VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 48 mujeres (y 8 menores de edad) perdieron la vida a manos de sus parejas o ex parejas. En septiembre, el Parlamento aprobó un plan para combatir la violencia de género que incluía la reforma de la legislación y otras medidas dirigidas a cumplir las obligaciones proclamadas en el Convenio de Estambul en relación con la violencia contra las mujeres.


DERECHO A LA VIVIENDA 

Miles de personas sufrieron desalojos forzosos sin garantías judiciales adecuadas ni provisión de alojamiento alternativo por el Estado. Hubo 26.767 desalojos por impago de alquiler y 16.992 por ejecución hipotecaria. El gasto público en vivienda continuó disminuyendo, a pesar de que persistía una gran demanda de vivienda social asequible, cuya escasez afectaba especialmente a las madres solteras y a las sobrevivientes de la violencia de género. En julio, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU admitió una denuncia presentada contra España por no haber proporcionado alojamiento alternativo a una familia desalojada.


IMPUNIDAD 

Las autoridades españolas continuaron cerrando investigaciones sobre crímenes de derecho internacional cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo, argumentando que no era posible investigar los crímenes denunciados —que incluían desapariciones forzadas y tortura— debido, entre otras cosas, a la Ley de Amnistía y a la prescripción de los delitos. Además, siguieron sin adoptar medidas para localizar e identificar los restos de víctimas de desaparición forzada y ejecución extrajudicial, dejando que las familias y las organizaciones interesadas acometieran los proyectos de exhumación sin el apoyo del Estado. Informe 2017/18 Amnistía Internacional 191 En febrero, la Procuraduría General de la República de México puso en marcha una investigación sobre el denominado caso de los “bebés robados”, lo que convirtió a este país en el segundo que investigaba los crímenes de derecho internacional cometidos en España durante la Guerra Civil y el franquismo. La investigación se refería al caso de una mujer nacida en España en 1968 y a quien, según la información recibida, habían arrebatado a su familia y entregado a una familia mexicana. En septiembre, el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias afirmó que este caso representaba otra oportunidad para la plena cooperación de España en las investigaciones emprendidas por otros Estados sobre desapariciones forzadas ocurridas en el país. El poder judicial invocó las modificaciones de la legislación sobre la jurisdicción universal introducidas en 2014 para no investigar crímenes de derecho internacional —como desapariciones forzadas y tortura— cometidos contra ciudadanos españoles en Siria y Venezuela en 2017.


Hoxe, 23F, estarían mortos – Luzes

Hoxe, 23F, estarían mortos – Luzes





Se hai algo que define unha sociedade, máis que a súa Historia (con maiúscula) que, como dicía Ambrose Bierce, é o relato case sempre falso de feitos case sempre cativos producidos por gobernantes case sempre ruíns ou por militares case sempre parvos, é como reacciona nos momentos críticos, e como os asume despois. Hoxe conmemórase (conmemorar quizais non sexa a palabra adecuada) o aniversario do 23-F, o intento de golpe de Estado, ou a suma de varios, que estivo a piques de tronzar os primeiros pasos da segunda etapa da democracia en España no século XX, ou sendo realistas, na práctica totalidade da súa historia.
En rigor, aquel 23 de febreiro de 1981, a sociedade española no seu conxunto reaccionou máis ben como os caracois en caso de perigo, e non sería xusto reprocharllo, dadas as experiencias. As negativas, no caso da esquerda, e as positivas no da dereita (un presidente provincial de UCD confesaba, absolutamente avergoñado, que en pleno secuestro do Congreso, houbo alcaldes que o chamaron para preguntarlle «si había que sumarse»). A asonada fracasou, sobre todo, porque historicamente era anacrónica, formalmente resultou esperpéntica («un torero tomou o Parlamento», titulou un asombrado medio estranxeiro) e organizativamente foi chapuceira. Pero iso non quere dicir que, aínda cando non chegase a prosperar ou a consolidarse, non puidese ter consecuencias tráxicas. O exemplo máis claro é a famosa lista dos 500 candidatos á supresión física en Galicia que desvelou tempo despois o historiador coruñés Carlos Fernández.
Segundo os golpistas, en Galicia tiñan armas desde Bautista Álvarez a Salvador Fernández Moreda ou Pedro Arias
Aquel listado incluía líderes e militantes dos partidos progresistas e dos sindicatos, a intelectuais coñecidos e a unha serie de cidadáns anónimos. Lela hoxe, como ver as imaxes do «torero», induce ao sorriso, cando non á gargallada. Nas descricións, unha escueta e fría mención de nome, ocupación, lugar de residencia e filiación ideolóxica, hai -ademais de inexactitudes clamorosas- comentarios que rozan o cotilleo («María José Queizán, estuvo casada con Ferrín» ou «Fernando González Lage, es cuñado -en realidade, xenro- del ex-alcalde Liaño»), e ata o recoñecemento (do que sería presidente do Ateneo Republicano coruñés, Carlos Etchevarría, especifica que «es abogado muy respetado», e de Xosé Manuel Beiras e Xosé Luís Méndez Ferrín que teñen «gran predicamento entre la masa estudiantil»). Tamén se apuntan deberes auxiliares ao paseo («Manuel Camaño Suárez, presidente de O Facho. Importante fichero socios agrupación»).
A parte cómica é a relación de suprimibles que se afirma que posúen armas: Bautista Álvarez, Pedro Arias, Rafael Bárez, Miguel Cancio, Salvador Fernández Moreda, Xan López Facal, Manuel Monge, Xan María Castro («además coordina pisos francos»), Xosé Antonio Gaciño («enlace del Grapo»), Ramón Valcárcel («cura de Sésamo, utiliza las iglesias como depósito de armas y explosivos»), Anxo Guerrero -sic- Carreira («muy proselitista»), Manuel Amor Deus («despedido por los sucesos revolucionarios de mayo del 72. Participó en varios sabotajes»), Xosé Manuel Beiras Torrado («axudou a terroristas do Grapo»), *Valentín Paz Andrade («tiene armas en su despacho») ou Manuel Soto Ferreiro («organizó un verdadero soviet en el Ayuntamiento de *Vigo, con depósito de armas y explosivos»). Dos que coñezo persoalmente dou fe que, de telas o máis probable é que se pegaran un tiro nun pé.
Pero a lectura da lista induce, como na mítica sección de La Codorniz, a tremer logo de rir. Por moito que pareza que a confeccionou un bolseiro con máis aplicación que coñecementos, non por iso as súas consecuencias terían sido menores ou menos dramáticas. En todas partes, e aquí xa en 1936, a violencia máis cega e irracional, a máis inmediata, correu a cargo dos entusiastas, non das autoconstituídas autoridades (e a quen se sume ao argumento de que houbo entusiastas dos dous bandos, recordarlles que en Galicia as vítimas púxoas unicamente un deles, e da ignominia encargouse en exclusiva o outro). Hoxe, de non fracasar o «torero», a maioría dos que figuraban na lista estarían mortos. E non só eles. O propio Carlos Fernández apuntou que existía outra co dobre de integrantes e non sei se con parecido rigor. E xa cinco anos antes daquel 23F, un avogado notoriamente franquista que me defendía nun sarillo político advertía aos meus pais, como argumento para que me enderezaran, que «circulaban listas».
Iso quere dicir que, desde que a sociedade empezou a seguir a mala senda da democracia, houbo xente tragando saliva e mastigando a vinganza. Xente que non tiña uniforme, nin quizá sequera armas, pero que o 23-F formaba parte da cuadrilla, fosen subalternos, banderilleiros ou mozos de cuadra, e cunha carga de odio que non se debeu de diluír como por encanto ao día seguinte. Outra cousa é que, logo de incubar anos o ovo da serpe, lles saíra, como lles saíu, unha lagarta.
* A versión en castelán deste artigo apareceu na edición impresa de EL PAIS do 24 de febreiro de 2011

Proceso de “los 27 y más”: en busca y captura el secretario de la CGT de Cataluña

Proceso de “los 27 y más”: en busca y captura el secretario de la CGT de Cataluña | Periodistas en Español





Proceso de “los 27 y más”: en busca y captura el secretario de la CGT de Cataluña

Ermengol Gassiot, profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y secretario general de la CGT en Catalunya, se encuentra desde el 22 de febrero de 2018, junto a otras cuatro personas más, en busca y captura por el caso ‘Somos 27 y más’, incoado a raíz de un encierro de 2013 en protesta por la subida de las tasas universitarias, por el que la fiscalía pide penas de entre 11 y 14 años de prisión.
Ermengol Gassiot en una rueda de prensa
Ermengol Gassiot en una rueda de prensa
La protesta de 2013 que culminó en el encierro en el Rectorado contaba con el consenso mayoritario de la comunidad universitaria. Ermengol Gassiot, miembro de la sección sindical de la CGT en la UAB, apoyó públicamente aquella lucha, como también lo hicieron otros representantes sindicales de los trabajadores de la UAB.
La orden de busca y captura procede del juzgado de Cerdanyola, donde se juzga al profesor Gassiot, 25 estudiantes y un trabajador del personal de Administración y Servicios, por el encierro que en 2013 se llevó a cabo en el Rectorado de UAB, y está motivada por la negativa de Gassiot a personarse en dicho juzgado para recoger la notificación. Para los encausados se trata de un juicio político promovido por el rector de la época, Ferran Sancho, y la vicerrectora, Silvia Carrasco. En el caso del profesor Gassiot, la acusación señala su participación en una rueda de prensa como hecho incriminatorio.
En un comunicado, el sindicato CGT define los hechos como “un tipo de acción habitual y que forma parte del repertorio del movimiento estudiantil en las universidades catalanas desde hace décadas” y califica la actuación del rectorado de 2013 de “cacería brujas por la vía penal… en la invención de un conspiranoico entramado criminal” organizado para destruir la universidad, y del que supone que formaban parte Gassiot y los demás procesados, “un auténtico despropósito que constituye el peor caso de represión política en una universidad en nuestro país desde las postrimerías del franquismo”.
La decisión de no presentarse ante el juez es, para el profesor Gassiot, una “respuesta política” porque está en riesgo su libertad y la situación en que se encuentra está afectando a su trabajo. La CGT, que apoya la decisión de Gassiot de no colaborar en el caso, estudia dar una respuesta  colectiva  “a este golpe represivo”. El Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) ha convocado una “jornada antirrepresiva” para el 27 de febrero.

Wednesday, February 21, 2018

Santiago Sierra, entrevista





El artista Santiago Sierra, artista plástico multifacético, autor de la obra ‘Presos políticos en la España contemporánea‘ que ha sido censurada por la feria ARCO a petición de Ifema, calificó la decisión de ‘relativa sorpresa’ que daña ‘seriamente’ no sólo la imagen de la feria internacional, sino ‘del mismo estado español’.

En su opinión, constituye una ‘falta de respeto’ a una galerista como Helga Alvear, que participó en la puesta en marcha de la feria, así como la ‘madurez e inteligencia del público’.



SANTIAGO SIERRA ES EL ARTISTA ESPAÑOL MÁS COMPROMETIDO, COHERENTE, POLÉMICO Y DOTADO, DE UNA PASMOSA ORIGINALIDAD, QUE HA EXPUESTO EN MÁS DE CINCUENTA PAÍSES Y MUSEOS DEL MUNDO



En este sentido, cree que actos de este tipo son los que dan ‘sentido y razón’ a una pieza como la que se ha retirado, que ‘precisamente denunciaba el clima de persecución’ de los trabajadores culturales.

La obra está compuesta por una serie de 24 retratos fotográficos, pixelados en blanco y negro, que denuncia el ingreso en prisión de los miembros de las asociaciones culturales catalanas Jordi Sánchez (de Asamblea Nacional Catalana), Jordi Cuixart (de Òmnium Cultural), así como el que fuera vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, el sindicalista Andrés Bódalo, los detenidos en el caso Alsasua, dos titiriteros imputados en los carnavales de Madrid de 2016, activistas del 15-M, miembros del antiguo diario “Egin” y otros.

El arte de Sierra, cargado de reivindicaciones sociales y políticas desde sus comienzos, intenta visibilizar la perversidad de las tramas de poder que fomentan la alienación y explotación de los trabajadores, la injusticia de las relaciones laborales, el desigual reparto de la riqueza que produce el sistema capitalista y las discriminaciones por motivos raciales, religiosos o de género.

https://tenacarlitos.wordpress.com/2018/02/22/santiago-sierra-la-retirada-de-mi-obra-es-una-falta-de-respeto-a-la-inteligencia-del-publico/

Presos políticos en la España contemporánea. Santiago Sierra 2018

Presos políticos en la España contemporánea. Santiago Sierra 2018

Son súas ideias que os tornan suspeitos, logo son presos políticos

Son súas ideias que os tornan suspeitos, logo son presos políticos | Ollaparo. O universal é o local sen muros



Son súas ideias que os tornan suspeitos, logo son presos políticos

por 

"Como xa aconteceu co resto dos investigados, 
o candidato mantén sua ideoloxia de soberania" 
(xuíz Llarena)
"Eu me rebelo entón somos"
(Albert Camus)
“Os que non pensan non merecen ser persoas, digo eu” 
(Balbino en Memorias dun neno labrego, Neira Vilas)
Hai hoxe presos políticos nas democracias emprazadas, en particular, na España ? Habelos hainos ainda que a resposta é  complexa porque en primeira instancia as democracias non recoñecen o estatus de prisioneiros políticos. Porque se houber un estatus de prisioneiro político, o que estaría en causa é a própria democracia e vice-versa. 

É consubstancial ás democracias emprazadas recusar a terminoloxia de “preso político”. “Non hai prisioneiros políticos”, clamaba o ex primeiro-ministro francés Manuel Valls na sua primeira visita á Corsega. De feito, esa categoria non existe na lei francesa nen nas democracias emprazadas. No entanto,  calquer acto que reivindique unha xustificación política pode dar estatus de preso político. A de Valls é simplesmente a recordación de que as leis da República Francesa son aplicábeis ​​en todo o seu território e nada mais. Porque o apertado estado xacobino, irreductibel  ás diferencias e á liberdade libidinal, tamén acuñou  terminoloxías  e produciu homes non virtuosos ( criminosos comúns, presos políticos ou ilegalistas políticos)  segundo conveña á “razón de estado” (en non poucos casos, listando persoas acusadas de “colaboración cos inimigos da nación” para defenderse até a “derradeira pinga de sangue”). Como na Franza,  coa ” obrigación de denuncia”, o proxeto de lei Sarkozy sobre a prevención da delincuencia, na España a “lei mordaza” (e antes a Lei Corcuera) e os artigos máis represivos do Código Penal, o alargamento indefinido de penas e a moi ilustrativa secuencia dos feitos após aplicación do artigo 155 da CE, a viraxe embalsamatoria da tolerancia vai caendo do lado da seguranza das políticas neoliberais e o seu fundamento xurídico. Entre o reciclado polo novo autoritarismo está a democracia. O neofascismo chegou ao poder pola via das urnas. De aí que Badiou o defina como un “fascismo democrático”, insistindo en que é “algo novo”, ainda que totalmente “vello”porque designa precisamente unha política “dentro do xogo democrático, mas tamén  un afora: adentro e afora, e adentro para finalmente estar afora” (Alain Badiou). Que os gobernos pasaran na globalizacón a ser menos responsábeis ante o seu parlamento e as persoas só fronte aos mercados non é novo ; os sistemas tornáranse  “democracias plutocráticas” xestionado por unha nova “nobreza de estado” como Pierre Bourdieu a ten cualificado. Un sacerdocio que custodia o que é “sagrado”, porque baixo o político está o teolóxico. Será por iso que a idea de democracia esté en todo lugar, logo ela non está en ningures! Poré, a democracia como forma política, só pode existir se a nivel dos individuos se desenvolven certas relacións de poder, por iso non pode darse en calquer parte.
Para visar a división actual entre a sociedade e as institucións habería casos a eito que amostrar (nomeadamente no ámbito anarquista e no soberanismo basco, catalá e galego), mas a situación catalá permite, nomeadamente, o acontecido após o referendo o 1-O e da eleicións de decembro de 2017 , ilustrar moi ben esa lóxica segundo a cal os cidadáns van sendo privados do significado de votar perante a descuberta de que o máis valioso non son eles máis o Estado que a xustiza ten a función de protexer e non o dereito e o individuo. Ao cabo,  a democracia reducida a referendo é apenas a súa contaxe, non unha deliberación. Por iso, hai quen solicita unha “democracia contínua” en que estarían máis “ligados ás políticas do público”.
Critérios para a definición do “prisioneiro político “
Foi apenas en 2001 que o Consello da Europa comezou a considerar uma definición de prisioneiro político no dereito internacional. Os critérios obxetivos foran definidos e adotados por todos os órgaos do Consello da Europa e, en xeral, polo dereito internacional e o estado español. Para ser considerado un “prisioneiro político”, unha persoa debe cumprir polo menos un dos critérios oficialmente definidos: a) detención imposta en violación das liberdades fundamentais (pensamento, consciencia, expresión, asociación, etc., b) detención por razóns políticas non relacionadas a unha infracción, c) desproporción, por razóns políticas, entre a duración ou as condicións de detención e a gravidade da infración, d) discriminación dunha persoa detida en relación a outros por razóns políticas, e) irregularidade do proceso de xulgamento por razóns políticas.
Desde este ponto de vista, as duas nocións  parecen repelerense como auga e aceite, se houber estatus de prisioneiro político, é que non hai democracia, e vice-versa. O raciocínio é este: non pode haber prisioneiros de consciencia nunha democracia, unha vez que todos son libres para expresar esa opinión. Por causa do dereito de expresión, o uso da violencia non pode ser considerado a ter forma de lexitimidade política. Porén, nun rexime autoritário onde o poder dominante censura o xogo das opinións para evitar o xurdimento dun contra-poder, a violencia pode ser concebida como a única maneira de expresar unha oposición política. Pola contra, se esta expresión é sempre posíbel – no choque de discursos direcionados ao consenso democrático -, a violencia non pode basearse en razóns políticas da mesma orde que as do poder dominante. A violencia que non vén da orde democrática, necesariamente, cae no dereito comun, a represión pola prisón non é política, mas simplesmente criminosa. Calesquer que sexan as razóns, a violencia é sempre criminosa e apenas criminosa nunha democracia. E sen non houber violencia e ainda así non fora recoñecida a lexitimidade de súa causa? Non cuestionaría automaticamente a lexitimidade do poder, isto é, da lexitimidade democrática emprazada?. As últimas actuacións do goberno español e do aparato xudicial levan a cuestionar as potencialidades autoritárias  das democracias emprazadas cando derivan cara o legalismo ideolóxico e o primado da hexemonia do consenso sobre o disenso e o conflito. Todo o que ameaza a orde política e social do que afirma ser unha democracia só pode ser percebido e tratado como unha manifestación criminal e patolóxica, colocada nun plano diferente do protesto político.Isto quer dicir, tal como afirmaba Ermund Burke e logo apañou Arendt, que os dereitos humanos abstractos -aqueles que se dan con independencia de calquer comunidade- non son dereitos.
A Amnistia Internacional aborda a cuestión dunha perspectiva un bocado diferente. A ONG destaca dous conceitos, o de “prisioneiro político”, por um lado, e o de “prisioneiro de consciencia”, por outro. A vantaxe da definición da ONG é que distingue entre “prisioneiros políticos” que recorrem a violencia e “prisioneiros de consciencia”, que son presos por defenderen opinións políticas de maneira pacífica.  A primeira categoria aplicase, de acordo coa organización, a todas as persoas detidas   polas suas crenzas políticas ou relixiosas ou outros motivos de consciencia (…) e que non usaran a violencia ou defendan seu uso “.  A organización esixe a libertazón imediata deses prisioneiros. Segundo Amnistia, un preso político é unha persoa aprisionada por defender seus pontos de vista políticos de calquer maneira. Esta persoa non é un criminoso común porque defende ideas políticas; mas pode recorrer ao uso da violencia ou incitamento à violencia para alcanzar seus obxetivos. Para esas persoas, a Amnistia pide xulgamento xusto e condicións de detención “aceptábeis”, isto é, sen tratamento cruel, desumano ou degradante. Canto aos prisioneiros políticos, a organización reivindica seu direito a un xulgamento xusto.
Portanto, esta definición recoñece a existencia de prisioneiros políticos nas democracias emprazadas, mesmo que non teñan presos de consciencia. De acordo con Amnistia, os membros de organizacións que teñan utilizado medios terroristas, poden ser recoñecidos como prisioneiros políticos. A definición de Amnistia permite que o estado acepte – sen as descualificar ou discriminar – persoas que loitan contra as leis existentes, mesmo aquelas que usan a violencia. Esta distinción permitiulle a  Nelson Mandela ser recoñecido como prisioneiro político e, portanto, defender seu direito de ser tratado de forma xusta, sen ser considerado prisioneiro de consciencia, xa que usou a loita armada. Esta definición  permitiria   evitar eses preconceitos ideolóxicos no dereito internacional. No entanto, o Consello da Europa considera que non é útil distinguir entre estes dous conceitos de prisioneiro político e consciencia , unha vez que, nunha democracia, todos benefician da liberdade de expresión, non habería necesidade de recoñecer que as demandas políticas poden ser expresadas pola violencia. E se a compulsión nas democracias emprazadas tende a que o Estado de dereito oligárquico (as oligarquías estatais segundo Jacques Rancière) se desentenda do pobo e da política, despolitizando os asuntos políticos, como nos dí Rancière, até reducilos a non-lugares sen espazo para invención democrática? Fica espazo para unha sociedade de indivíduos deliberativos? Acredítase ainda no “exercicio virtuoso” de poder  cando hai medo en deixar en maos dos cidadáns o seu destino?
Democracia atrofiada crea anomalías
As democracias atrofiadas producen herexes….O dereito penal funcionalizado produce o irreparabel. Os delitos inexistentes crean presos políticos realmente existentes. Sen que isto sexa algo pexorativo para o presos, mas é pexorativo para a democracia española e a súa caza de bruxas xa que o independentismo que saibamos non é ilegal. Lémbrese aqui como amplos sectores do españolismo teiman alegar  que o dereito de autodeterminación foi recoñecido apenas para as colónias no inacabado proceso de descolonización das potencias europeas. Xa que formalmente Cataluña, Euscadi e Galiza non son colonias, as medidas aplicadas polo Estado español non poderian ser consideradas próprias da lóxica colonial. Cómpre ainda lembrar  a ausencia do Estado en Galiza durante a catástrofe do Prestige?  Tan rápido esquecimos  os voluntarios que fixeran o traballo duro e que foi Nunca Máis quen achegou información acaída fronte as intoxicacions oficiais e periodísticas para desprestixiar a sociedade civil que fronte a negación e desleixo da Xunta e do Estado optou por autoorgarnizarse, informando, limpando e auxiliando? Até que o Estado non tivo máis remedio que recoñecer a catástrofe (após afectación de Portugal e Franza) malia a ruin factura de imaxe.
Ou é casual que se afasten da circulación líderes do soberanismo na Cataluña, sexan ou non cargos eleitos? O Prestige e o Procés mostran estratexias propias do colonialismo de Estado e unha nesgada apliación da lexislación, con criterios de selección moi claros nas diferentes operacións deseñadas para desartellar supostas accións de rebeldía (cando non directamente tipificadas como “terroristas”: velaí a operación Pandora) sob o ditado, grosso modo, do que Michel Foucault chamaba “lei antiexcesos” nun artigo publicado en Le Nouvel Observateur en 1979, segundo a cal se poden fabricar “autores de excesos”. Quer dicir, permite á policia fabricar ao momento un “delito” e un “delincuente” (a sobredimensión do valor probatorio das declaracións dos axentes da autoridade). A lei de Protección da Seguranza Cidadá  alicerza nunha vella obviedade, xa sinalada por Foucault, segundo a cal ao “sancionar as infraccións, a xustiza gábase de garantir a “defensa da sociedade”. Mas, defender a sociedade contra quen? Quen se asigna a función de velar por nós, quen vixía e dí gardar a poboación, respeita aos suxeitos de dereito? Grande perigo o voto na urna, pequeno perigo o fraude fiscal. Porque o perigo é o que está trás o xesto do votante catalá o 1-O: todos os referendos por vir, mas tamén todas as manifestacións e disidencias vindeiras. Perante a imposibilidade de perseguir a todos os infractores votantes do 1-O o máis eficaz é amedoñar e intimidar con medidas exemplificadoras. A disidencia dá medo ese medo cultívase.
Dicía Hannah Arendt que ainda máis importante do que a glorificación dos dereitos das persoas dentro dun estado legamente constituido, é o esforzo por evitar que a xente poda convertirse en anomalías legais de brazo dado dunha loita constante contra o exercizo do poder arbitrario que esta situación a miúdo supón.
A vella crítica do princípio representativo que encetara Jean-Jacques Rousseau reduce ao cidadá a ser apenas eleitor e votante. Aristóteles preferia o sorteo á eleición. O xurista constitucional francés Dominique Rousseau fala de  “democracia contínua” (Radicaliser la démocratie – Propositions pour une refondation, Ed Seuil, 2015) e nun intento de alargar o xesto eleitoral da “atrofia” (Luciano Cantafora) invoca o dereito a radicalizar a democracia, a subvertila porque a lei é mobilizada polos individuos  e o pobo. Mas o dereito  é formado tanto por reivindicacións de dereitos-crenzas como direitos-liberdades. É o vincallo entre o indivíduo individualista e a solidariedade individual, entre os dereitos individualistas e os dereitos relacionais, os que permiten enfraquecer o poder do capital  e posibelmente avanzar a causa social.
É Espinosa quen di que é imposíbel privar os indivíduos da liberdade de expresar o que pensan. Porén, non é apenas cousa de filósofos que observan a liberdade de maneira diferente co alvo de sair das leis e restricións do estado para poder organizar a acción política popular sen estar suxeito à idea de poder, representación no estado, eleicións ,etc. A  nosa é unha epoca  paradoxal onde todo o  descritivo é  prescritivo: aquí a lexítima defensa dun ideario por vias democráticas non delictuosas está a ser xulgada a través de autos ideolóxicos que din cousas como “o candidato mantén sua ideoloxia de soberania” . Todo iso seica merece prisión provisional porque se foi argallando un enguedellado relato mas irreal para incorporar a violencia no Procés. Un relato que comeza coas querelas da Fiscalía, fundamentalmente nuns atestados policiais feitos e medida e aceptados pola Audiencia Nacional e o Supremo.  O acusador artella a verdade só de brazo dado  da Guardia Civil. Mas, o delito de rebelión non é evidente como non evidentes as probas. Portanto, por que a instrución? Eís o perigo dunha lexislación que convirte en delito o simples feito de participar, pensar como…
A defensa de determinados proxectos políticos é ilegal na España. Quen cuestiona que os presos Quim Forn, Oriol Junqueras, e os Jordis, entre outros con motivacións políticas e outras aparentemente non políticas que están na prisión, alicerzan o seu argumentario en que desprezaran o estado español e que están na prisión polo que fixeran. O argumentario do xuiz Llarena parece non darlles a razón. O tema arestora non é se algún dia os xulgarán polas súas ideas ou polos feitos, mas se manter a extrema medida da “prisión preventiva” en función do que supostamente tiñan feito, e que ainda non foi xulgado, ou das ideas que profesan. A resolución do xuiz Llarena perante as peticións de sair da prisión de Forn e Sánchez afirma que “como xa aconteceu co resto dos investigados, o candidato mantén sua ideoloxia de soberania”. Quer dicer, se non a mantiver, se adxurara da súa ideoloxía de xeito público e notorio até facerse acreditabel, por outras palabras, se deixara de ser soberanista e confesara a doenza de querer a independencia para o seu país, abriríanlle as portas da prisión. O xuiz tórnase médico dicía  Foucault. Porque se non for así e non adxurara, cando saira da prisión podería tentar acadar, mais unha vez, a independencia de Cataluña. O que causa pasmo é a gradación penal (e menos para a prisión preventiva) segundo se os imputados teñen responsabilidade executiva ou non. Até o extremo que esta cacería “prevaricadora” leva a imputar responsabilidades penais por producir un documentário. Perante este argumentario a sobrevida tipificación do delito de rebelión ben poderia ser unha estratexia para inhabilitar cidadás e cargos públicos que como moito acabarán condeados por desobediencia. O grave é que están en prisión. Hoxe mesmo o ex-fiscal en xefe de Cataluña José Maria Mena afirmou non ver un delito de rebelión.
Con certeza, aqui o estado democrático non é o estado feudal ou o estado ditatorial, que une o estado da natureza polo feito de que os dominantes se conceden todas as liberdades e todos os poderes, dispondo da liberdade e mesmo da vida e morte das persoas. Mas, ao mesmo tempo en que leo e releo a resolución do xuiz Llarena como se fose unha inscrición gravada en pedra, perguntome, paralisado, por que é tanto o silencio que atravesa as hespañas? A xustiza  é da sociedade e non do Estado, portanto, debe ser reformulada. Porque o cerne da modernidade non é tanto a existencia de igualdade como a necesidade de defender racionalmente o fundamento da diferencia  e a disidencia.
Coda. O artista madrileño Santiago Sierra denuncia en ARCO a existència de presos políticos na España.Expón setenta retratos da obra ‘Presos políticos españois contemporáneos’, entre eles, non están tod@ss, o de Jordi Sànchez  e Oriol Junqueras. Entre eles tamén os oito membros do grupo ecoloxista Solidari@s, os sete da organización basca Segi, os dirixentes do xornal  ‘Egin’ e os titeriteiros aprisionados hai dous anos despois  de representar  a obra ‘La bruja y don Cristóbal’. Na  galeria Helga de Alvear
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Sunday, February 18, 2018

Del otro lado de la huelga del 8 M: Visualizando la interrupción social desde el feminismo - Cristina Vega | Sin Permiso

Del otro lado de la huelga del 8 M: Visualizando la interrupción social desde el feminismo - Cristina Vega | Sin Permiso





Muchas de las llamadas “huelgas generales” no han sido tales, hoy podemos entender su parcialidad. De igual modo, muchas de las huelgas que se han dado en el mundo no han entrado en el canon al no ser suficientemente inteligibles respecto del paradigma de la huelga productiva. Pero ahí no acaba todo. Si revisáramos la historia de las huelgas veríamos desvanecerse peligrosamente el imaginario que con frecuencia las rodea: un aguerrido grupo de varones parando la producción en el espacio de trabajo para obtener mejores salarios y condiciones de trabajo. Como han recordado Asad Haider y Salar Mohandesi (2015)[1], muchas huelgas se articularon en torno a elementos que rodeaban la vida de la clase trabajadora que no concernían directamente a la producción; aspectos como la salubridad, la vivienda, la carestía y falta de acceso a los alimentos, y aún a otros como la seguridad frente a la violencia sexual, las garantías de aborto y embarazo, el acceso a la salud, la posibilidad de lactar, la dignidad de quienes no son reconocidos como “trabajadores”, el salario para el trabajo doméstico, las amenazas bélicas o el acceso al espacio o a infraestructuras claves como una carretera o el tendido de agua han ocupado un lugar significativo en las movilizaciones de la clase obrera.
Todas estas cuestiones han articulado incontables huelgas, más de las que imaginamos. Podemos seguir con los cuestionamientos. Buena parte de los paros no se han producido en los espacios laborales sino por fuera, en los barrios, en las calles de las ciudades o por las carreteras que unen comunidades. Y aún muchos más no fueron protagonizados por empleados, es decir, mujeres y hombres asalariados, sino por sus parejas, sus hijos y en general sus vecinos y aliados. En muchos lugares, dada la marginalidad del mundo salarial, los perfiles del paro se desdibujan o se entremezclan con tomas, levantamientos y acciones que muchos no considerarían huelgas en un sentido estricto. Todo esto, para muchos, se aleja de lo que moviliza auténticamente una huelga: el trabajo, pero es justamente el trabajo, el que se halla bajo el mando capitalista, y todo lo que lo atraviesa lo que está siendo seriamente reconsiderado.
Sin duda, una mirada atenta sobre la huelga arroja incontables novedades que nos pueden ayudar a dimensionar lo que hoy plantean y organizan algunos feminismos en distintas partes del mundo: una escalada de las luchas de reproducción que nos aproxime a una huelga auténticamente general. De momento, la escalada interpela a quienes han habitado los márgenes de las huelgas productivas: las mujeres, mujeres no asalariadas o precariamente asalariadas, mujeres que han asumido mayoritariamente los trabajos de sostenimiento y cuidado. Pero la cosa podría ir mucho más allá… niñas y niños, jubilados, agricultores familiares o de subsistencia, estudiantes, desempleados, población sin salario, sectores “improductivos”, autónomos semidependientes… ese inmenso mundo que está por fuera o en los bordes de la vida con salario pero cuya existencia depende del ingreso, de las condiciones en las que se produce y se expropia el territorio, el entorno y los medios de vida.
Aproximémonos entonces brevemente, en términos visuales, a cinco huelgas (poniendo lo de huelga un poco entre paréntesis) para ver qué arroja esta mirada.
En Between Babies and Banners: Story of the Emergency Brigade (1979)[2], Lorraine Gray recoge la experiencia femenina en la célebre huelga que se libró en la factoría de Flint en Michigan a finales de 1936 y comienzos de 1937. Las demandas tenían que ver con la intensificación de la producción, la regulación de la jornada y el salario y la represión sindical. Un clásico que los relatos de las mujeres permite comprender bajo un nuevo prisma. Su participación fue reseñable a pesar de que se trataba en su mayoría de amas de casa y esposas de los obreros de esta enorme ciudad de la  General Motors. El encierro de los varones en la mítica planta 4 de la Chévrolet contrasta con el ir y venir de las mujeres. Muchas asumieron el aprovisionamiento y la cocina, tan necesaria para la supervivencia de la huelga, y otras, como Gerona Dollinger, la resistieron: “Hay muchos hombres flacuchos que no son capaces de pararse firmes, marchar e ir hacia los piquetes y pueden pelar papas tan bien como nosotras”[3]. Estas esposas de obreros se pusieron al frente de la estrategia política y de la autodefensa física de la planta a través de la Women’s Auxiliary Brigade. Sus hijos e hijas se socializaron en la huelga, en los comedores, las cocinas y las líneas del piquete durante más de un mes, mientras que las mujeres quebraban una y otra vez a la policía con sus interpelaciones femeninas y enardecían a la población con sus propuestas y su creatividad.
Piquete de mujeres, niñas y niños en la huelga de Flint
Al igual que otras huelga industriales, ésta revelaba un universo rico que desordenaba lo que con tanto esmero la línea y el hogar obrero aún estaba tratando de homogeneizar, escindir, disciplinar y moralizar. La fábrica, la calle, la cocina, los comercios, las asambleas, la comunidad… todo se amarraba según iba avanzando el conflicto y las mujeres iban llamando a más y más actores a escena. Gerona cuenta que cuando vencieron, disparando la sindicalización y el conflicto más allá de los confines de Flint, los hombres les dijeron que era tiempo de volver a casa, que durante todo ese tiempo se había apilado la ropa. Muchas regresaron, pero nunca se quitaron sus boinas rojas, y siguieron vinculadas al sindicato. La huella que dejó el otro lado de la huelga quedó sembrada, al igual que la capacidad de pensar la acción en términos de toda una comunidad. La idea de desplazar la reproducción al centro del campo de batalla, como un hacer conjunto y de otro modo, ha estado presente en no pocos conflictos laborales. Quizás no sea tan común en los relatos o no forme parte de los archivos, pero es, sin duda, parte de un acumulado histórico femenino.
La segunda huelga no es menos reveladora y también existe un documento visual que la recoge: Les Prostitués de Lyon parlent, de Carole Roussopoulos[4]. En 1975, las prostitutas de Lyon abandonan el trabajo y ocupan la iglesia de Saint-Nizier para denunciar el hostigamiento policial, las extorsiones, los abusivos requerimientos fiscales, el encarcelamiento y la estigmatización social[5]. Poco antes de esta acción, tres compañeras habían sido asesinadas. La toma se produce tras varios amagos de movilización y cuenta con el apoyo previo de los jóvenes católicos (el Nid) y, después de las feministas. Más de cien mujeres, a nombre de María Magdalena, la mujer que ungió los piés de Jesucristo, se apoderan de la iglesia; el cura se niega a expulsarlas y el gesto es replicado en otras ciudades. A juzgar por las imágenes de los exteriores, su presencia se convierte en algo verdaderamente inaudito para una sociedad que súbitamente las visualiza y, más importante aún, las escucha por los altavoces denunciando sus condiciones de trabajo, las extorsiones a las que se ven sometidas y los efectos que todo esto tiene sobre ellas y sus criaturas: “Nuestros hijos no quieren ver cómo sus madres son encarceladas”.
Huelga y ocupación de la iglesia de Saint-Nizier
El derecho a la ciudad y a la calle, a ver y ser vistas, a encerrarse y demostrar que salir equivalía a ser arrestadas se convirtió en un modo de explicar públicamente la vida de un grupo previamente cohesionado a causa de la represión. Carecían hasta la fecha de experiencia en este tipo de acciones, así como de práctica de interlocución con las autoridades civiles y religiosas. Tras esta parada con encierro, que en Lyon duró una semana, se cancelaron varias sentencias de prisión y se relajó por un tiempo la represión.
Es difícil medir el impacto de la huelga, tanto para las prostitutas como para el imaginario social dominante, pero lo cierto es que la toma de la palabra y la aparición pública de estos cuerpos, entreverados con los cuerpos y lenguajes de sus aliadas, descolocó los lugares habituales de las mujeres, cuya actividad y condición parecía totalmente ajena al mundo del trabajo, al funcionamiento regular de la sociedad, a las gentes de bien y al común de las mujeres oprimidas reclamadas por el feminismo. Evidentemente, el paro y los reclamos respaldado por sectores abolicionistas tenían que ver con el desempeño en una actividad considerada como no trabajo, como trabajo informal (por servicio) y como algo impropio (pero útil). Sin duda, el componente de dignificación resultaba en un aspecto crucial; parar fue en este caso hacerse ver/oir, salir a la superficie. Aunque el comercio de calle, el trabajo doméstico o el reciclaje no resulten equivalentes, comparten con la prostitución algunos elementos que tornan extraña la huelga; al fin y al cabo, ¿qué se “gana” parando?, ¿qué se interrumpe?, ¿qué se reclama exactamente? ¿Cómo así la huelga cuando el ingreso es al día?
La tercera huelga también tuvo lugar en la década de los 30, en esta ocasión en Ecuador; ahí estaban Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña. Las imágenes que se han conservado de ellas nos ayudan a estimar su porte y valentía[6]. Estas mujeres indígenas encabezaron el levantamiento de la comunidad huasipunguera de Cayambe previo a la formación de la Federación Ecuatoriana de Indios en 1944. Dos importantes huelgas se sucedieron en 1930 y 1931 en las haciendas de Pesillo, La Chimba, Moyurco y San Pablo Urco. La situación de servidumbre por deudas es conocida, semejante a la que se da en otras regiones. Algo singular de estas huelgas fue la dirigencia y el protagonismo femeninos. Además de hablar de demandas laborales, antes incluso de que cobrara forma el llamado a la reforma agraria, las mujeres interpretaron la dominación en un sentido complejo movilizando elementos que tocaban la reproducción y la sexualidad bajo el régimen gamonal.
Huelga en Cayambe 1930
En primer lugar se reclamó la remuneración de las mujeres, cuyo trabajo no contaba. Segundo, se formuló la negativa a prestar servicios personales por parte de mujeres y niños en la casa hacienda; esto equivalía a una obligación natural, tan natural como el ser conminadas a amamantar a los bebés de los hacendados a costa de la vida de los propios, como se narra en Huasipungo, la estremecedora novela de Jorge Icaza. El pliego que acompañó la huelga recogía también el rechazo a la obligación sexual de las mujeres respecto a los patrones, la violaciones sistemáticas, así como el derecho ritualizado de éstos a usarlas sexualmente antes que el marido. De igual modo hablaron de la destrucción de sus viviendas y animales, de todo aquello que permitía su precaria reproducción, siempre sujeta a la deuda, al gobierno discrecional de los capataces y a los escuadrones del ejército. Una de las demandas de la huelga en Pesillo era que se abriera una escuela en Pucará. Las alianzas con la izquierda urbana mestiza, particularmente entre mujeres y feministas, Dolores junto a Nela Martínez y Maria Luisa Gómez de la Torre, posibilitaron en la década de 1940 la creación de las escuelas bilingües. Como en la huelga de Flint, las mujeres atendieron esta cuestión y en general el bienestar de las mujeres alentando sus capacidades de participación social y política y las de las nuevas generaciones a través de escuelas de formación. “No sólo luchamos por la tierra y un buen trato”, dijo Tránsito en una ocasión. Huelga, fuga, levantamiento, asalto a la casa hacienda, marchas… En palabras de Dolores, “Todito se ha luchado”, y todito dio forma a una concepción de la lucha que situaba en el centro la reproducción social y cultural.
Las huelgas de sexo, la cuarta experiencia, han sido muy importantes en Africa, pero también se han librado en otros lugares del planeta, tanto contra regímenes autoritarios, a favor de las libertades civiles y políticas o contra la guerra, como para garantizar el sostén frente a la extracción. Una de las más destacadas es la que protagonizaron las “mujeres del mercado” en Liberia en 2003. Pray the Devil Back to Hell (2009), de Gini Reticker y Abigaile Disney[7], narra la historia de estas mujeres y de Leymah Gbowee, del Women’s Peace Building Movement, premio Nobel de la Paz en 2011. Cuenta Gbowee que tuvo un sueño, y ese sueño era la paz para Liberia tras varios golpes militares, regímenes autoritarios, militarización generalizada y dos guerras civiles hechas de enfrentamientos tribales originados en la formación misma de esta nación. Para ella, “las mujeres del mercado” estaban llamadas a movilizarse desde las iglesias cristianas uniéndose a las musulmanas; primero porque conocían a los combatientes, pero también porque eran muchas, se movían constantemente de un lado para otro con la mercadería, incluso transportando armas en sus fardos. Sabían cuándo venía la guerra y cómo iba a ser el enfrentamiento; sabían lo que costaba ganarse el pan y correr por sus vidas, conocían lo que era sufrir la violación de sus hijas y ver a sus hijos armados, y estaban hartas de la situación. Estas trabajadoras, explica Gbowee, podían mejor que nadie reunir el valor de parar todo aquello con el fin de custodiar un futuro mejor. Las mujeres vistieron camisetas blancas en nombre de la paz y lanzaron una huelga de sexo que interpelaba directamente a los hombres, a los armados pero también a los que se mantenían en silencio, al tiempo que apuntaba al gobierno y a los señores de la guerra.
Acción rural en Bong County
El paro de sexo subrayaba la potencia y vulnerabilidad del cuerpo, su capacidad para producir placer, dolor, procreación, resguardo, deseo. Su efectividad no siempre resulta, pero su fuerza simbólica es enorme. Al fin y cabo, si el cuerpo de las mujeres se detiene es que algo anda realmente mal. Claro que sus cuerpos no se detuvieron; enfrentaron directamente al sanguinario presidente, Charles Taylor, y se interpusieron a la salida de delegados de las conversaciones de paz en Gana. Cuando las quisieron expulsar físicamente ellas amenazaron con la peor de las maldiciones: enfrentar el cuerpo desnudo de la madre o la mujer mayor (equivalente a la propia madre), que en un gesto deliberado se queda al descubierto; los hombres no pueden salir indemnes. Varios atropellos contra mujeres en lucha en varios lugares en Africa, de forma notable en Nigeria en la década de 1980, han desencadenado este irreversible gesto. La rabia extrema al ser pisoteadas en su dignidad expone la vulnerabilidad de su poderosa corporalidad. La abominación se vuelve contra quien la suscita, que en su acto de abuso revela su cobardía y bajeza moral, quedando así profundamente debilitado. Tal y como recuerda Gbowee, ese es el mayor dolor que puede sentir una mujer, y cuando algo así ocurre, cuando la vulneración es de tal magnitud que desencadena la maldición, el efecto es que todos los presentes se vuelven hacia sí y se preguntan… pero, ¿qué he hecho?, ¿cómo he podido (hemos podido) llegar hasta aquí?
Tanto la lucha contra regímenes corruptos y violentos como, de forma simultánea, la lucha contra la precarización de la existencia han llevado a muchas mujeres a llamar a huelgas de sexo (en algunos casos tejidas con las prostitutas). En 2011, la comunidad afrodescendiente de Barbacoas en Colombia protagonizó un caso revelador para América Latina. La capacidad de dirigirse directamente a los hombres con este llamado, además de a los Estados, provocando diálogos públicos y privados inusuales ha sido una potente herramienta.
Me gustaría terminar recuperando una última huelga, que es ya un clásico para las luchas feministas: la que tuvo lugar en Islandia el 24 de octubre de 1975, un día entero en el que el 90% de las mujeres no fueron al trabajo, no hicieron la compra, ni llevaron a los niños al colegio, ni prepararon la cena, ni arreglaron la casa, ni atendieron a nadie y salieron juntas a la calle para reunirse en un evento político del que tenemos algunas imágenes y un documento visual, Women in Red Stockings, dirigido por Kristín Einarsdóttir en 2009[8]. No se convocó oficialmente como una huelga, sino como “un día libre”.
Sus protagonistas explican el efecto que tuvo en ellas los movimientos y acciones feministas que se extendían con el inicio de la segunda ola y mencionan de manera especial a las Redstockings del Movimiento por la Liberación de las Mujeres de finales de la década de 1960 en Estados Unidos, feministas radicales que encabezaron novedosas acciones y teatros callejeros, además de grupos de autoconciencia, en los que denunciaban la situación de las mujeres que abortaban, el uso comercial del cuerpo femenino y la supremacía masculina en el trabajo y en todo lado. Esto inspiró a las islandesas, que marcharon juntas en el primero de mayo portando una gigantesca venus bajo la mirada reprobatoria de sus compañeros, que interpretaron la figura como una burla y trataron de expulsarlas. En poco tiempo las Redstockings islandesas se expandieron reclamando escuelas infantiles, organizando publicaciones, haciendo teatro, denunciando las desigualdades salariales, organizando festivales en poblaciones remotas, visibilizando el lesbianismo, defendiendo el derecho sobre el propio cuerpo o rechazando las tareas domésticas. Las acciones burlonas, como la crucifixión de un ama de casa en un árbol navideño o la aparición de una vaca con banda en un concurso de belleza, causaron revuelo, al igual que la idea de una huelga. Bien, dijeron, si ésta causa temor entre las mujeres… convoquemos a un día libre.
El día libre islandés
Y el día libre llegó y con él una enorme parada, canciones, discursos y una gran marcha que reunió en Reikievic a mujeres de distintas edades y condiciones. Muchas empresas no pudieron sacar el trabajo adelante y los colegios cerraron puesto que las profesoras eran mayoritariamente mujeres, al igual que sucedió con los comercios y las fábricas de procesamiento de pescado. Algunos hombres llevaron a hijos al trabajo y muchas mujeres, como muestra la fotografía, fueron con sus hijas e hijos a la marcha. La hostilidad y el apoyo recibido en las acciones de las Redstockings también se dieron en la huelga. Algunas activistas dicen que los hombres estaban entre perplejos y divertidos, no enfadados. Algunos no pudieron impedir que las compañeras salieran ante el riesgo de quedar mal, y otros arremetieron contra los que se habían quedado en casa. “Pero, ¿cómo dejas que tu mujer se ponga a gritar de ese modo desde la tarima? Yo nunca permitiría eso a mi mujer”… “Ya… es que mi mujer jamás se casaría con un tipo como tú”.
Parece difícil imaginar algo así sin las Redstockings y la desafiante energía acumulada. La cosa iba mucho más allá de la equiparación salarial o del reparto doméstico; al visibilizar a las mujeres juntas en la plaza se cuestionaba su lugar y el de los hombres en la sociedad, al tiempo que se desplegaba un cotidiano alegre y trastocado. La huelga duró un único día, pero sus efectos fueron importantes, tanto en las disputas políticas del país como, nuevamente, en las que se desarrollan en cada casa. Tras ésta y otras acciones se produjeron cambios legislativos, especialmente en lo concerniente a los cuidados, y al igual que en Liberia con las mujeres de los mercados, se eligió a una presidenta. Una plataforma política femenina, Alianza de Mujeres, entró en escena y con ella, como comentan algunas activistas, la conversación se desplazó hacia terrenos más convencionales. Como sucede cuando se institucionaliza el vigor y la creatividad social, se adoptaron nuevos lenguajes, y los balances no siempre resultan coincidentes.
¿Qué nos dicen entonces estas cinco huelgas para el presente? ¿Qué se ve desde el otro lado de la huelga? Son muchos los aprendizajes de éstas y otras mil huelgas inusuales solo en apariencia, pero yo destacaría al menos cuatro reflexiones.
La primera es que la huelga pone de relieve la imbricación de lo que denominamos “productivo” y “reproductivo”; la interrupción revela lo impostergable –alimentarse, descansar, resguardar…-, que cuando se pone en el centro, en lugar de ser un freno, es la potencia misma de la acción, que ya no es de unos cuantos sino de todo el conjunto. Las mujeres, desde sus “no lugares”, han entendido este carácter comunitario de la huelga y han desbordado los marcos que han reconducido el conflicto. Hemos vislumbrado, siquiera por un tiempo, lo que significa poner la reproducción en el centro, la huelga general como huelga comunitaria y la capacidad política de los “dependientes” e “improductivos” contra el sistema que los vuelve en tales. Desocupar el lugar asignado significa ocuparse nuevamente junto con el resto desplazando la jerarquía entre lo importante y lo secundario.
Como segunda reflexión se puede señalar la riqueza de los conflictos reproductivos. Estos han llamado la atención sobre la violencia y la integridad del cuerpo, la extracción natural y humana, la sexualidad y la libre capacidad de procrear, la educación y el valor de la voz de las desheredadas, las alianzas fuera de lo común y la posibilidad de re-simbolizar lo femenino, lo masculino y lo múltiple. Estas y otras huelgas hablan a distintos niveles, pudiendo conectar la cama, la casa, la plaza, la cocina, la vereda, lo rural y lo urbano, el puesto de trabajo, la carretera, el mercado, la chacra, la escuela… todo se rehilvana, todo aparece interconectado, todo cuenta. Interrogar la intimidad pública, de abajo a arriba, ha sido un aporte fundamental.
En tercer lugar es importante entender el uso que se ha hecho del cuerpo, que en una hermosa paradoja delata la fragilidad, desprotección e interdependencia, los límites éticos y el aliento que lo habita. Revertir silencio e invisibilidad, abyección y abuso, clasificación racial y sexual, exponiendo la integridad encarnada ha sido un elemento novedoso. El cuerpo ha señalado un límite parando y con él ha revelado todo aquello que lo sostiene. Como enseñan los feminismos indígenas, no vale pelear por el territorio, si el primer territorio que es el cuerpo resulta atropellado.
Finalmente, los trabajos y la huelga. Detenerse, desactivar, desplazar, fugarse y llevarse, interrumpir y obstruir. En muchos trabajos esto carece de sentido y por eso muchas feministas han visto en la huelga una herramienta sesgada o propia de ciertos sectores[9]. La huelga no es siempre el mejor instrumento, la huelga no siempre viene sola y la huelga no habla a todo el mundo por igual. La huelga no es un momento, tiene sus propios preámbulos y es acompañada por distintos elementos. La pregunta “¿cuál es tu huelga?” se aproxima al problema, pero no acaba de resolverlo. El “día libre” movilizó a las islandesas, detener el sexo agitó a las colombianas de Barbacoa y a las keniatas que peleaban contra la deforestación y el monocultivo, reclamar la calle animó a las vendedoras minoristas a hacer huelgas de hambre en Bolivia.... Lejos de hacer de la huelga un fetiche es preciso interrogar la desafiliación respecto a la repetición de orden injusto, pero también la apropiación de las condiciones globales de vida. Lo que se ve del otro lado de la huelga social no remite a un modelo único, el de la producción asalariada, sino a una enorme capacidad para mover y apropiar la reproducción bajo lógicas no capitalista.
Notas:

[1] “Making a living”, Viewpoint Magazine. En:https://www.viewpointmag.com/2015/10/28/making-a-living/
[2] https://www.youtube.com/watch?v=pa75V-tdBko. Adviértase que esta película no forma parte de muchos de los archivos históricos “oficiales” acerca de la huelga.
[3] Susan Rosenthal recoge las experiencias de Dollinger en una fantástica entrevista, “Striking Flint”, realizada en 1995. En:https://www.marxists.org/history/etol/newspape/amersocialist/genora.htm
[5] Mathieu Lilian Monsieur (2001) “An unlikely mobilization : the occupation of Saint-Nizier church by the prostitutes of Lyon”, Revue française de sociologie,  42-1. pp. 107-131.

[6] https://www.youtube.com/watch?v=_gRbrjYoQA0. Entrevista a Dolores Cacuango, Rolf Blomberg, 1969.

[9] Esto fue recientemente señalado por algunas compañeras: http://glefas.org/algunas-reflexiones-sobre-metodologias-feministas/

Integrante de la revista feminista ecuatoriana Flor del Guanto. Profesora Investigadora del Departamento de Sociología y Género, FLACSO-Ecuador.
Fuente:

www.sinpermiso.info, 15 de febrero 2018